Me parece que la Mona Lisa es una obra un
poco extraña y misteriosa. La forma en la que mira esta mujer retratada por
Leonardo Da Vinci es un tanto intimidante, ya que mira con una peculiar sonrisa
y chispa en los ojos. La posición de sus manos refleja formalidad y respeto, y
está vestida de manera elegante a mi gusto personal.
El paisaje de atrás no es muy hermoso ni
se presenta con claridad, ya que el cielo se confunde con las montañas y el
río.
No, no es un cuadro que le interesaría a
un niño a simple vista, pero… si le ponemos un poquito de imaginación y
creatividad para que se vuelva más entretenido observar esta obra, quizá
llegaría a llamar la atención de los pequeños. Es por eso, que hice mi Mona
Lisa de esta forma. Con un poco de contexto de la época (Renacimiento Siglo
XVI), yo le inventé a este personaje una historia.
La historia consiste en que esta mujer, es
retratada porque va a ser pronto coronada reina de un pueblo, y es por esto,
que en sus ojos hay chispa y cierta viveza, ya que se siente orgullosa y
emocionada por ser pronto reina. Su sonrisa peculiar se debe a su gran
felicidad, pero no debe mostrarse tan emotiva en el retrato, pues una reina
siempre debe contener sus emociones frente a su reino. Este retrato, será
puesto en el “Gran Salón Real”, en donde se encuentran los retratos de todos
los gobernantes del pueblo hasta ese momento, desde los primeros reyes hasta
los últimos. El paisaje, refleja las tierras que pertenecen al reino, y por lo
tanto, a esta mujer que va ser reina y dueña de dichas tierras.
Mi representación de la Mona Lisa parece
el dibujo de una niña pequeña, no solo porque no sé dibujar, sino que también,
para hacerlo más cercano a un niño. Yo interpreté lo que primero se me vino a
la cabeza (retrato de una futura reina), y pienso que los niños también
deberían hacer su propia interpretación para compartirla con los demás y
aprender de esta gran obra que es tan conocida y famosa hoy en día.
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